El vendedor de gorras
Había una vez un vendedor de gorras. Vendía gorras verdes, marrones, azules y rojas. ¡Y las llevaba sobre la cabeza! Primero se ponía su gorra rayada y luego las otras.
Un día, el vendedor se sintió cansado y triste porque no había vendido ni una gorra. Entonces, abandonó el pueblo y caminó hasta que llegó al campo. Allí encontró un gran árbol y se sentó a la sombra. Se quitó las gorras y las contó. Las tenía todas. Entonces se las volvió a poner y se quedó dormido.
Se despertó sintiéndose mejor y enseguida levantó un brazo para tocar la pila de gorras. ¡Pero sólo le quedaba su gorra rayada! Se levantó de un salto y empezó a buscarlas. Miró hacia la copa del árbol... ¡Y allí estaban todas sus gorras! ¡Cada una en la cabeza de un mono!
- ¡Eh! ¿Me oyen? ¡Devuélvanme mis gorras! -gritó el vendedor, amenazándolos con el puño. Los monos le mostraron sus puños, pero no le devolvían las gorras. Desesperado, el vendedor se quitó su gorra rayada y la tiró al suelo mientras les decía: ¡Aquí tienen otra, ladrones!
Y ya se marchaba cuando vio que los monos se quitaban las gorras y las tiraban al suelo, como él había hecho. Entonces el vendedor se apuró a recogerlas y a colocarlas otra vez sobre su cabeza. Y silbando se puso en marcha rumbo a otro pueblo, para venderlas y poder comprar su comida.
Elsa Isabel Bornemann (fragmento). 2011
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