El mensajero
El rey de Constantinopla invita a un
mensajero a un banquete y lo sienta al lado de los nobles.
El mensajero no conociendo las
costumbres del país, revuelve la comida. Entonces, los nobles le gritan al rey:
“¡Oh, señor, has sido deshonrado como jamás lo fue rey alguno!”. El rey se
dirige al mensajero: “Lo siento, tengo que condenarte a muerte. Solo puedo
concederte un último favor”. El mensajero responde: “Quiero que les arranques
los ojos a quienes me vieron revolver la comida”.
El rey jura que él no vio nada, y la
reina también hace lo mismo. Los otros nobles también juran que no vieron nada.
Entonces el mensajero vuelve a su tierra
sano y salvo. Nadie lo vio.
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(fragmento)
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